Además de su capacidad militar, la presencia de Juana manifestaba un aspecto espiritual, convirtiéndose en un ícono de la lucha por la libertad nacional. A los 17 años, Juana de Arco se presentó ante el futuro rey de Francia, Carlos VII, convenciéndolo de su misión y obteniendo su apoyo para liderar un ejército. Con su liderazgo y coraje, logró importantes victorias militares, incluyendo la liberación de la ciudad de Orleans en 1429. Juana lideró con éxito varias campañas militares, siendo su victoria más destacada la del sitio de Orleans en 1429. Esta victoria fue un punto de inflexión en la guerra y marcó el comienzo de una serie de éxitos para el ejército francés.
Su presencia en el campo de batalla no solo impulsó el espíritu de combate de los soldados franceses, sino que también alteró el curso de la guerra en favor de los franceses. Los relatos de sus hazañas la convirtieron en una heroína nacional, y la resurrección del orgullo francés alcanzó un nuevo nivel en este punto crucial de la historia. Desde muy joven mostró una profunda devoción religiosa y aseguró que escuchaba voces divinas. A los 17 años, se unió al ejército francés y lideró a las tropas en varias batallas clave durante la Guerra de los Cien Años.
Sin embargo, su carrera militar se vio truncada cuando fue capturada por las fuerzas enemigas y vendida a los ingleses. Juana de Arco, conocida también como la Doncella de Orleans, fue una figura histórica que ha inspirado a generaciones futuras por su valentía y determinación en tiempos de guerra. El 30 de mayo de 1431, Juana de Arco fue quemada viva en la plaza del mercado de Ruan, Francia. Su muerte fue un acontecimiento trágico y su legado se mantuvo vivo a lo largo de los siglos.
Nombre verdadero de Juana de Arco
Santa Catalina, San Miguel y Santa Margarita se le aparecieron en el jardín de su padre y le ordenaron expulsar a los ingleses de Francia y hacer que el delfín fuera coronado rey en Reims. En la actualidad, la figura de Santa Juana de Arco sigue siendo celebrada en diversas tradiciones religiosas y culturales. Su festividad se conmemora el 30 de mayo, día de su martirio, y numerosas organizaciones católicas y feministas la eligen como símbolo de la lucha por la justicia social.
El juicio tuvo el claro objetivo político de lograr la abjuración de la Doncella, para negar así el carácter divino de su misión sobre el que se cimentaba la legitimidad y el prestigio de Carlos VII. En mayo de 1430 dirigió a una pequeña tropa hacia la ciudad de Compiègne, que estaba siendo asediada por un ejército borgoñón. Posteriormente, los borgoñones la entregaron a los ingleses a cambio de una suma de dinero. Tras el éxito en esta campaña, quedaba liberado el camino para seguir con el plan ideado por Juana (que ella atribuía a la inspiración divina), es decir, avanzar junto a Carlos hasta Reims, en el norte, y coronarlo rey en la catedral. Lo que parece cierto es que tuvo un papel activo en la inspiración de los defensores de la ciudad y que participó en algunos ataques contra las posiciones inglesas enarbolando su estandarte, hasta el punto que resultó herida en el hombro por una flecha. La ciudad de Vaucouleurs, también leal a Carlos, pudo ser defendida, pero el ataque afectó a algunas aldeas cercanas que fueron incendiadas, entre ellas, Domrémy.
Llamado divino y misión
El heredero inglés, Enrique VI, era un niño de diez meses que asumió también la corona de Francia, siendo representado en París por un regente, el duque de Bedford. Carlos VII, por quien Juana había dado su vida, demostró en gran medida ser un monarca indigno en casi todos los aspectos. Se había intentado liberar a Juana, pero ninguno de ellos fue orquestado o autorizado por Carlos. El asedio de Orleans llevaba ya cinco meses en marcha y los franceses no habían encontrado la forma de romperlo. En 1328, Carlos IV de Francia (que reinó de 1322 a 1328) murió sin dejar heredero varón.
Juana de Arco fue sometida a un juicio eclesiástico en el que fue acusada de herejía y brujería. A pesar de su defensa y de afirmar que sus visiones eran un llamado divino, Juana fue declarada culpable y condenada a muerte en la hoguera. En Francia circulaban desde hacía años las profecías de que de la región de Lorena surgiría una doncella con armadura que salvaría al país, y Juana cumplía ahora esa profecía al viajar con el ejército a Orleans con todo el equipo de combate. Aunque hasta entonces no había tenido nada que ver con la guerra y nunca había participado en un solo combate militar, la profecía se apegó a ella con tanta firmeza que fue recibida en la ciudad como una heroína. El asedio fue conducido por los ingleses de tal manera que se abrieron brechas en la ciudad en varios intervalos que podían cerrarse rápidamente cuando fuera necesario.
- Juana fue detenida en la ciudad de Rouen, controlada por los ingleses, donde tuvo lugar su juicio por herejía.
- Convencida de su llamado divino, Juana decidió presentarse ante el Delfín y ofrecerle su ayuda.
- En 1456, el juicio que la condenó fue anulado, reconociendo su inocencia y la injusticia que había sufrido.
- Si esta se aleja se queda tranquila, no cumpliendo su deber, estaría decepcionando a Dios.
- Los ingleses toman el control del norte de Francia, el sur y el centro del país está bajo aquellos seguidores que aún apoyan al delfín con el Loira de frontera.
- También se decretó que en el lugar donde fue quemada se levantara una cruz en su memoria.
Su liderazgo y valentía fueron fundamentales para lograr importantes victorias para Francia. Convencida de que estas visiones eran un llamado de Dios, Juana se dirigió a la corte del delfín Carlos VII y le pidió permiso para liderar el ejército francés. A pesar de las dudas iniciales, Carlos VII finalmente aceptó y Juana se convirtió en la comandante de https://infoscout.cl las tropas francesas. Se cree que el padre de Juana murió poco después de la ejecución de su hija a causa del dolor, pero los registros indican que vivió hasta 1440. La madre de Juana solicitó continuamente a las autoridades la anulación de la condena, que finalmente llegó en 1456. La condena de Juana fue declarada inválida y fue proclamada mártir de la causa francesa.
Ante aquel cambio el tribunal decide regresarle los cargos que se le habían atribuidos anteriormente y le dan la sentencia de muerte, iba a ser quemada en la hoguera. Se confirmó que realmente nació en Domrémy, tal como ella misma había dicho, ella agregó a esto que aquella era una villa que era totalmente dependiente de Greux. También fue confirmado que en el mismo lugar de su nacimiento fue bautizada por el Padre Jean Minet, no se sabe el año exacto de su bautismo. Pasaron meses en los cuales Juana De Arco fue interrogada y en donde ella luchó por demostrar su inocencia, sin embargo fue juzgada y quemada viva en la hoguera el 30 de mayo de 1431.
Sin embargo, pocos días después retiró su retractación con el argumento de que solo la había pronunciado por miedo al fuego y que las santas se habían comunicado con ella para amonestarla por faltar a la verdad. Tras su coronación en Reims, Carlos VII negoció una tregua de dos semanas con los borgoñones que aprovecharon para reforzar la defensa de París ante el inminente ataque. El control de la capital tenía importancia política, y su captura por parte de Carlos VII hubiera supuesto un duro golpe para los borgoñones y la definitiva inclinación de la balanza a favor de los armagnacs leales a Carlos. Sin embargo, el asalto a la ciudad el 8 de septiembre fue un completo desastre y las tropas de Carlos VII se retiraron con más de mil bajas y Juana herida por una flecha en un muslo.
Juana de Arco participó en varias batallas y demostró ser una líder militar excepcional. Su liderazgo y valentía inspiraron a las tropas francesas y condujeron a importantes victorias para el bando francés. Sin embargo, su carrera militar llegó a su fin cuando fue capturada por las fuerzas inglesas en 1430. Juana afirmaba que había recibido visiones divinas que la llamaban a liderar al ejército francés y expulsar a los ingleses de su país.